ACTIVIDAD3
Los perros tienen 39 pares de cromosomas, es decir un total de 78, de estos 78 cromosomas 39 contienen la información genética de la madre y las otras 39 la información genética del padre. Desde la fertilización del óvulo, comienza el proceso de crecimiento, los núcleos de las células comienzan una multiplicación exacta, de esta forma crean nuevas células. El número de cromosomas en cada especie es constante, salvo que se padezca de algún síndrome el número siempre será el mismo.
Los cromosomas de los gatos son los portadores del material genético, se encuentran en el núcleo de la cédula y se presentan en pares, concretamente en el gato hay 38 cromosomas, 19 provenientes del padre y 19 de la madre. El último par son los denominados cromosomas sexuales, determinante del sexo en el gato; el resto contendrá información sobre los demás caracteres del animal.
El caballo posee 32 pares de cromosomas, siendo un total de 64 cromosomas. En cualquier célula que posea el cuerpo del caballo, se encontrarán esos 64 cromosomas, a excepción del óvulo y del espermatozoide, donde sólo encontraremos 32 cromosomas (31 somáticos + 1 sexual).
El maíz tiene diez pares de cromosomas, 10n o lo que sería equivalente a 20 cromosomas. En el maíz al igual que en otros organismos vivos, se puede dar repetición de cromosomas, alterando la apariencia de estos, es por ello que ocasiones de dan mazorcas con algunos granos de color oscuro. El maíz es un organismo que ha sido muy estudiado por su genética, ya que se presta a la teoría de transposón o genes saltarines, lo que causa alteración en el genoma del mismo. En la actualidad el maíz y el arroz son las únicas plantas de las cuales se ha podido obtener la secuencia completa de su genoma.
La cebolla es una planta herbácea muy utilizada en la cocina para agregar gusto a las comidas, es originaria de Asia, aunque muy utilizada en la Antigua Grecia y Roma, posteriormente introducida al resto de Europa y al mundo. La cebolla cuanta con 8 pares de cromosomas, 2n=16.
El genoma del tomate (Solanum lycopersicum) fue secuenciado en 2012 y resulta que tiene 31.760 genes. Estos genes están distribuidos en 12 cromosomas que fueron estudiados tras un reparto por países. España se encargó de la secuenciación del cromosoma 9, con un total de 16 millones de bases y posteriormente participó en el ensamblado y etiquetado del genoma. Ese número de genes es un 25% más que el de un humano y creo que la mayoría nos consideramos más complejos y sofisticados que una tomatera. De hecho, se han secuenciado dos especies, una variedad comercial llamada Heinz 1706 que se usa para hacer kétchup y el pariente no domesticado más cercano al tomate, Solanum pimpinellifolium, una planta que vive en la sierra peruana y que solo difiere con el tomate en un 0,6% del genoma.